La explotación de la geolocalización en diferentes ámbitos está lejos de agotarse, y de hecho, parece que el único límite es la imaginación de los organismos que lo explotan. Así lo ha demostrado la compañía de transporte Kolombus, que ha dotado a sus cerca de 4.000 paradas con códigos QR (diferentes en cada parada, lógicamente), para que el usuario pueda disfrutar de una serie de servicios añadidos. La idea es que el usuario llegue con su móvil y capture el código QR para obtener información relativa a la línea y sus horarios. Pero la compañía de transportes noruega ha ido un poco más lejos aún, y ha dotado al sistema de un carácter ‘social’: los usuarios podrán escribir mensajes que quedarán en esa parada para que otros usuarios puedan leerlos, integrándose además en Twitter.
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