Esta reflexión responde en realidad a un problema real al que se están enfrentando los militares: los sistemas de localización basados en el GPS han dejado de ser fiables para los usos militares actuales y con frecuencia, los submarinos y otros vehículos que actúan bajo el agua o hielo, pierden por completo la señal. Pero parece que ha llegado una nueva tecnología que soluciona este problema y que podría marcar el comienzo del fin del GPS: la brújula cuántica.
Se trata de un sistema mediante el cual se enfrían los átomos en unas jaulas hasta que estos alcanzan el cero absoluto, y en este estado, son tremendamente sensibles a las fluctuaciones electromagnéticas de la tierra y así ubicar la posición del usuario con una precisión milimétrica bajo cualquier circunstancia. Estamos en los albores de esta tecnología, pero no nos sorprendería si en un corto espacio de tiempo termina por jubilar al GPS.
[Vía ABC]